Se han acabado los Juegos Olímpicos. Tres semanas en los que el sexismo ha sido blanco de muchos titulares en la prensa española y extranjera. Nadie se ha librado de caer en el comentario fácil.
A las atletas femeninas se las ha clasificado por su cuerpo: que si está gorda, que si porqué compite con ese cuerpo… Y se las ha minusvalorado en su esfuerzo, relegándolas a ser unas «niñas» o «madres» o simplemente a valorar su esfuerzo por el hombre que tienen al lado. Sin embargo Río 2016 ha dejado un puñado de medallas con nombre de mujer.
Al hilo de esto, Sara Mediavilla en Facebook escribió lo siguiente en su muro, sobre Carolina Marín, bicampeona del mundo y de europa y medalla de Oro en los recientes Juegos.
«El tratamiento que ha dado la prensa a Carolina Marín ha sido tan delirante, que me ha dejado sin palabras. Y contrariamente a lo que he venido haciendo, me he abstenido de escribir. Pero la verdad es que, ya metidos en faena, me resulta imposible dejar sin documentar el, probablemente, rodillo más machista que la prensa española ha dedicado a una deportista durante estos juegos. Así que acabo de cambiar de idea.
Imagina que eres una mujer de 23 años con una superioridad tan aplastante en tu especialidad que has cedido un solo set en todo el puñetero torneo. Por cierto, hasta llegar tú, tu especialidad era un coto cerrado de dominio de países asiáticos, por lo que no te has aprovechado de ninguna infraestructura o escuela de campeones previa en tu entorno geográfico y cultural. Vamos, eres la puta ama.
Para empezar, es probable que a estas alturas no esperes mucho de la prensa, de la que, cuando ganaste el mundial y el europeo, conseguiste un titular SIN tu nombre, que decía simplemente «Y además tiene novio». El cúlmen del mérito deportivo, has conseguido conjugar tus éxitos fuera de serie con la actividad necesaria para que un hombre esté a tu lado. El nabocentrismo tiene muchas cosas, pero la sutileza no es una de ellas.
En fin, llegas a los JJOO. Durante el torneo, la prensa y la afición se entregan a machacarte porque gritas durante los puntos. La prensa dedica artículos a ello, en los que te acusan veladamente por boca ajena para, a continuación, exonerarte. Los tuiteros te machacan. Porque el VAMOOOOOS desgarrado de Nadal era otra cosa, una muy digna y muy de raza; lo tuyo, no; tú eres molesta y antideportiva. (Por cierto, no eres la primera, la prensa ya ha puesto a parir a muchas tenistas por esto antes).
En fin, tú eres tan la hostia, estás tan al 100%, tan en perfecta forma y concentrada, que pasas de todo y ganas el oro. Comienza el despropósito máximo. Así llega tu medalla de campeona olímpica a los titulares de la prensa de pollaviejas:
-La información: «Carolina Marín, la niña que admira a Nadal, primera no asiática que gana el oro». Eh, está tu nombre, ¡vamos mejorando! Pero lo que le gusta a un periodista infantilizar a las deportistas (lo que les gusta a los machirulos infantilizar a cualquier mujer en un ámbito profesional), no está escrito. ¿Niña? DAFAK? Y el bonus track: ganas una medalla y de alguna automágica manera, el Abanderado del Olimpo, que ha caído en semifinales, no sólo ha conseguido colarse en el titular de Tu medalla: está por encima de ti. Glorioso.
-Diario As: «Rivas, el hombre que convirtió en oro las rabietas de Carolina». Impresionante. Análisis sintáctico: El sujeto de la frase que da la noticia de tu campeonato olímpico es el apellido de tu entrenador. Tú vas al sintagma preposicional-complemento de nombre de tus rabietas, que son el complemento directo. Tú, sin apellido, claro. Vayamos al contenido: has ganado una medalla de oro. Pero Diario As no sólo te infantiliza, para él eres peor que una niña, eres una niñata. Hasta que tropezaste con un varón adecuado que supo conjurar la alquimia necesaria para convertir tu energía negativa de mocosa con tendencia a frustrarse en oro olímpico. La verdad es que la presión de Twitter sobre este vómito de titular ha sido tan apabullante, que Diario As lo borró a las tres horas de publicarlo. Para escépticos, adjunto captura de uno de mis tuiteros favoritos. Borrado y todo, se llevan el premio Pollaviejas de la Prensa Española de ayer.
Pero no nos quedemos en el titular de DiarioAs. Buceemos en su mierda de prosa, para descubrir que la campeona olímpica de un deporte que consiste en lanzar a cientos por hora una pluma con su brazo, se ha sobrepuesto a una rival de «la fuerza de un chico». De uno estándar, claro. Que cualquier virtud de una mujer necesita ser uniformizada y diluida en el umbral medio masculino. Si no fuese porque es enervante, la pretensión del periodista de comparar su bíceps con el de la rival de Marín es hasta tierna.
-ABC: a menos de 24 h de la victoria (diría que la noticia aún dura) el único rastro de la misma en el ABC es una foto de tu entrenador abrazándote (a ti no se te ve) con un titular que redunda nuevamente en el autor de la inspiración que te llevó a la victoria. Tu medalla de oro ya no es portada, tu entrenador sí.
-Manolo Lama (no tengo claro que cuente como periodista, tbh), te anima durante el partido en su cuenta de Twitter. Cómo: llamándote bichita. BICHITA. Sobre la afición a infantilizar y de esa forma relativizar los éxitos de las mujeres, ya venimos hablando. Sólo permitidme cambiar de deporte y añadir que horas más tarde, tras perder España en basket (España, la Absoluta, la Por Defecto, los hombres), añadió «Mañana habrá que estar con las niñas». Las NIÑAS. Las típicas niñas que le sacan más de una cabeza, y cuyo bíceps tendría un potencial maravilloso actuando sobre sus cervicales (las de Lama, aquí estoy dejando volar mi imaginación).
Sí, ya sé, sé quién eres y sé que no me crees, y que piensas que soy una exagerada y una feminazi. Que veo machismo por todas partes; y en esto último tienes razón (y me pasa parecido con la paella, que veo arroz por todas partes). Tú, prueba a intercambiar a Nadal por Marín en todos los anteriores titulares. ¡Vamos, Nadal, vamos, BICHITOOOOO! Y recuerda, hoy ESPAÑA se juega el oro en basket. Los niños, a ver si tienen suerte con el bronce mañana.»