El periodismo en la palma de sus manos

Por MJ Romero

Cuando me dijeron que tenía que ir a los institutos de Jerez y su comarca a enseñarle a los chavales y chavalas lo que es el periodismo, sentí miedo. Miedo porque a pesar de mi profesión sigo siendo algo vergonzosa. Sin embargo, con clases como la que tuve en este colegio, en El Torno, ese temor se esfumó al instante, en parte gracias a mis alumnos y alumnas.

Recuerdo que era la primera clase que daba. Recuerdo que la noche de antes apenas pude dormir. A esa primera clase, llegué con la boca seca, sequísima, y rezando para que mis alumnos no notaran que se me salía el corazón por la boca. Fueron llegando, uno a uno, en grupos de tres o cuatro, niños de no más de 13 años, expectantes, con ganas de ver qué les iba a contar. Podía verlo en sus caras. Algunos es cierto – esa esquina del fondo- que veían esto como dos horas libres que otra cosa, aunque al final se fueron «enganchando».

Gozamos de muchos debates durante las horas que estuvimos compartiendo, yo conocimientos y ellos impresiones, dudas, e incluso quejas, que también las hubo y se agradecen. Durante los talleres les conté cómo los periodistas debíamos proteger a los menores cuando había noticias sobre ellos, algo que entendieron a la perfección, e incluso sabían identificar los aciertos y errores en los varios ejemplos sobre esos casos que les ponía. La primera fila de la clase, aplicada y atenta siempre tenían una respuesta para todo lo que les preguntaba. Así da gusto dar clase.

Quiero creer que disfrutaron con los talleres y con las tareas adicionales que les propuse. Sus noticias, entrevistas y reportajes sobre asuntos de actualidad en su pueblo fueron muy divertidas y estimulantes. Algunos apuntaban maneras y sus historias eran tan rocambolescas como creíbles. Lo que no pase en un pueblo…

Sólo decir que lo siento mucho por mi alumno que durante una sesión tuvo que copiar la Constitución Española castigado por su profesora. No era mi intención pero se emocionó tanto al ver la Carta Magna, que su maestra no pudo privarle de ese placer.

Con todo lo bueno y lo poquito de malo, mi clase del colegio CEIP Guadalete de El Torno ha sido sin duda una gran experiencia para mí. A pesar de que iba a enseñar periodismo, aprendí mucho de ellos, de su sinceridad y su desparpajo, que fue, al final, el que me hizo perder el miedo. Gracias.