El mundo del periodismo ha estado presente en el universo del cine desde casi sus orígenes y, en gran medida, ha contribuido a ofrecer una imagen idealizada de la profesión, desde el momento en que los protagonistas de sus historias suelen verse envueltos en casos de intrigas o de enredos de diversa índole.
¿Por qué gustan los periodistas en las películas? Porque suelen ser personajes que van siempre en busca de la verdad, dispuestos a jugarse la vida por dar a conocer a la sociedad situaciones injustas. Pero el cine también ha contado el lado oscuro del periodismo; el de los medios al servicio del poder o de intereses particulares, o el del periodista dispuesto a todo con la finalidad de lograr una primicia, aunque vaya en contra de los principios morales. En cualquier caso, cualquier película con periodistas como protagonistas tiene el entretenimiento garantizado, ya que la profesión misma se presta a diferentes géneros: a la comedia, al suspense, al terror, al drama social….
Pero no sólo el cine, también la televisión ha sabido aprovechar el filón y ha creado numerosas series protagonizadas por periodistas y ambientadas en diferentes medios de comunicación.
Aunque podrían hacerse diferentes clasificaciones, sería interesante distinguir entre películas sobre periodismo y películas protagonizadas por periodistas. La diferencia radica en que las primeras abordan la profesión y el medio, mientras que las segundas utilizan a los periodistas como coartada para contar otra historia.
Empecemos por estas últimas con algunos ejemplos:
Luna nueva, Primera plana e Interferencias son tres versiones de una misma historia. La mayor parte de la película se desarrolla en la redacción de un periódico, pero en realidad nos cuentan la relación existente entre los periodistas protagonistas que se ven envueltos en alguna investigación policial.
Otras como Los idus de marzo o Frost contra Nixon tienen un trasfondo político más que periodístico, ya que la primera es un retrato del seguimiento de una campaña electoral, en este caso de las primarias de un candidato a presidente de los Estados Unidos; y la segunda recrea la entrevista realizada en televisión al presidente estadounidense Richard Nixon después del caso Watergate, escándalo por el que se vio obligado a dimitir.
El cine no sólo recrea el trabajo de la prensa escrita, sino que analiza desde distintos puntos de vista el mundo de la televisión, en ocasiones en clave de comedia como en Morning Glory, que hace un seguimiento de cómo se realiza un magazine matinal de la televisión en los Estados Unidos; o El show de Truman, que refleja la influencia de los medios de comunicación en nuestras vidas y que invita a reflexionar sobre la existencia y necesidad de programas como Gran Hermano.
Las películas en las que el periodismo es el protagonista de la historia pueden subdividirse en varios apartados, como por ejemplo las películas sobre corresponsales de guerra, que nos muestran cómo trabajan los periodistas en zonas de conflicto, aunque la cuestión de fondo sea denunciar la situación de los países y de los conflictos que cubren en cada momento (Los gritos del silencio, Bajo el fuego, Salvador o El año que vivimos peligrosamente); películas sobre periodistas obsesionados por su trabajo como ocurre en El gran carnaval, El ojo público o Verónica Guerin.
Y por último, pueden citarse las películas sobre la esencia del periodismo, entre las que el caso más ilustrativo es Todos los hombres del presidente, que recrea la investigación realizada por dos periodistas del periódico estadounidense Washington Post que destapó el caso Watergate. La película describe a la perfección cómo es el trabajo de periodista en la redacción de un gran periódico.
Otros ejemplos son El cuarto poder, una de las primeras películas que aborda el fenómeno del periodismo desde una vertiente crítica; Ciudadano Kane, la historia de un magnate de los medios de comunicación en Estados Unidos; Buenas noches y buena suerte, ambientada en una cadena de televisión americana de principios de los años sesenta que destaca la importancia de contar con programas en los que se defienda la verdad y la libertad frente a las amenazas del sistema; y Spotlight, que sigue un caso real de investigación del Boston Globe.
El mundo de la radio también ha tenido una importante presencia en el cine, sobre todo la época dorada de las ondas, a mediados del siglo XX, cuando la vida de muchas familias giraba en torno a este medio. Historias de la radio cuenta tres pequeñas historias basadas en los concursos radiofónicos, tan populares en los años 50; Solos en la madrugada, aborda la realización de un programa nocturno de gran audiencia a nivel nacional; o Días de radio, ambientada en los años 40, la era dorada de la radio.
Por último, en la ficción televisiva hay un caso mítico, el de Lou Grant, una serie muy famosa en los años setenta sobre la vida de un periódico, muy próxima a las investigaciones policiales, con intriga y ligeros toques de comedia. A nivel nacional, supuso todo un éxito televisivo Periodistas, ambientada en un periódico en Madrid en los años noventa; y más recientemente, El Caso: crónica de sucesos, una serie sobre el periódico de mayor tirada en la España de los años sesenta.