La inmigración es un tema tan delicado en los medios que cualquier cosa que se diga, estará mal dicha. El periodismo en ese campo ha ido evolucionando (a mejor, todo sea dicho) con los años. Cada vez los medios tratan las informaciones sobre los inmigrantes con más cuidado, para descriminalizar a este colectivo.
Los conflictos en la frontera con Ceuta y Melilla han sido portada de todos los medios españoles con titulares del tipo: «asalto masivo en la valla de Melilla». La visión que se ofrece en televisión de los inmigrantes suele ser negativa, deshumanizada, algo que Jordi Évole, director de ‘Salvados’ intentó eliminar en su programa «Al otro lado de la valla».
Pero la idea del inmigrante en los medios es totalmente opuesta cuando hay que hablar de «emigración». Existen infinidad de programas televisivos dedicados a mostrar la belleza de que los españoles abandonen su país para labrarse un futuro mejor fuera. Así nacen programas como «Españoles por el mundo» o «Callejeros Viajeros», dos formatos cuya labor es idealizar el concepto de emigración.
En este tipo de programas siempre suele mostrarse a españoles y españolas triunfando fuera de su país de origen, enseñando que es posible alcanzar las metas propuestas, pero en este caso, en un país extranjero. Generalmente suelen ser personas con carreras y doctorados, directores de grandes empresas cuyo éxito está más que garantizado. Son raras las veces en las que aparecen españoles en situación desfavorecida, ya que la intención de estos programas es que la gente se anime a emigrar en caso necesario.