El deporte femenino en España es el gran olvidado para los medios de comunicación. Las deportistas apenas reciben atención por parte de los conglomerados periodísticos, y cuando lo hacen es sólo por haber logrado un hito histórico, como un Campeonato del Mundo o una medalla olímpica. Esta «invisibilidad» ha sido motivo de queja por parte de las deportistas españolas, al verse fuera de las portadas en prensa o de las secciones de deportes en radio y televisión.
España es un país consumidor de deportes, pero por encima de todo, del fútbol masculino. Es lo que más interesa a los medios de comunicación y a sus consumidores. Más allá de la Liga BBVA y de los equipos Real Madrid y Barcelona, parece no haber nada más. Aun así, el resto de disciplinas deportivas masculinas reciben más difusión en los medios, que cualquier logro deportivo femenino. De hecho, la nadadora Mireia Belmonte comentó en una entrevista que «En España importa más el peinado de Sergio Ramos y que mi récord del mundo», algo que parece ser cierto.
Analizando varios periódicos e informativos, sucede que las deportistas españolas sólo reciben un hueco en sus portadas cuando obtienen un logro deportivo, mientras que los deportistas masculinos cuentan con su trocito de difusión aunque no hayan ganado ninguna medalla ni campeonato. El deporte masculino siempre tiene su análisis de la jornada en los medios impresos y radio-televisivos, algo de lo que las mujeres no gozan, desafortunadamente.
El triunfo de la joven Carolina Marín, primera campeona del mundo de Badmington española (y europea) apenas tuvo una minifoto de apertura en la prensa nacional, mientras que la victoria de Fernando Alonso en una carrera de Fórmula 1 copaba todas las fotografías de apertura. Circunstancias como estas se repiten continuamente en la prensa española y ante esto la única solución es una mayor cobertura del deporte femenino, ya que las estadísticas indican que las delegaciones olímpicas obtienen mejores resultados gracias a la participación de las féminas.
Sólo necesitan un poco más de espacio en los medios de comunicación y más patrocinadores dispuestos a apostar por el deporte femenino.